Ellos comenzaron a ''encantar'' y poblar la casa de fantasmas. Eran felices pero necesitaban pasta, así que, en los años en los que
Franco era cabo, se dedicaron a hacer abortar a jovenzuelas. Al final, uno de los padres de los cigotos perdidos se mosquea y se carga al hijo del doctor. Éste, loco perdido y con un complejo de
franquestein que no veas, lo reconstruye...
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